martes, 23 de diciembre de 2014

La exuberancia de Kerala



No sé por qué tenía la absurda idea de que el sur de India  merecía menos la pena. Quizás porque la mayoría del turismo se concentra en la parte norte y oeste, en la zona del Rajastán. Por eso decidimos que era hora de cambiar de país. Dejamos unos días para visitar Goa y Kochi y volaríamos a Myanmar para pasar allí las navidades con Joyce, nuestra amiga de Malasia que también estaba allí de vacaciones.
Sin embargo los preparativos se fueron complicando. La oferta de alojamiento en Myanmar es escasa y la demanda elevada, más aún en fechas navideñas, así que los precios se disparan. Hablamos con Joyce y nos resultaba complicado coincidir en algún sitio porque ella iba a estar en el país sólo 8 días y viajaría a un ritmo más rápido. Así que me empecé a desencantar con Myanmar. Y eso que teníamos la visa concedida. Pero el detonante fue nuestra llegada a Kochi. El francés con el que coincidimos en el tour por del desierto de Jaisalmer nos había dicho que para él Kochi era la ciudad que más le gustaba de toda la India, y al llegar allí no pude más que concluir que tenía buen gusto.

Kochi está en el estado de Kerala, y llegar a Kerala es como descubrir otra cara aún más amable de India. Cuando vi todo lo que Kochi nos ofrecía lamenté que nos fuésemos tan pronto del país. Podríamos volver sí, ¿pero cuándo? En este año nos quedan muchos países por visitar y tenemos que seguir adelante, hacia el este no deberíamos volver hacia atrás. Deseé con todas mis fuerzas que se pudiesen cambiar las fechas del vuelo y cuando comprobé que era posible, se lo conté a Alex. Él, como es un ángel caído del cielo, no dudó en decirme que si me hacía feliz, no había problema. Pasar año nuevo en este país lleno de alegría, color y vida, me parece la mejor forma de comenzar 2015.
red de pesca china.

Kochi

Lo primero que me llamó la atención de esta ciudad es que todo estaba mucho más limpio y ordenado de lo que habíamos visto hasta ahora en India. Damos un paseo por Fort Kochi para ver las redes de pesca chinas y de camino nos encontramos bastantes iglesias, preciosas casas coloniales, tiendas y hoteles cuidados al detalle, hasta las casitas más sencillas son bonitas y se ve una calidad de vida entre sus habitantes mucho mayor que en el norte. Nos sorprende la propaganda comunista, los anuncios en favor de los derechos de los trabajadores y sobre cuidado del medio ambiente ¿seguimos en India? ¿A qué se debe esta prosperidad? Como no llevamos guía buscamos en internet la explicación, que encuentro aquí:
“Kerala es el estado de India con mejor calidad de vida. la tasa de alfabetización supera el 95%, tiene los más eficientes servicios sanitarios del país, la mortalidad infantil es menor que en otros estados y la esperanza de vida de sus habitantes es superior a la del resto.
La razón está en que en el año 1975 la mayoría de sus habitantes votaron mayoritariamente por el Partido Comunista. De ésta manera se convirtieron en el primer lugar del mundo donde un partido comunista gobernaría tras ganar unas elecciones libres y democráticas.”
Iglesia de Santa Cruz.

Por las calles de Kochi.

Otra peculiaridad de este estado es que aquí la vestimenta oficial para los hombres es el dhoti, que consiste en una tela larga anudada a la cintura a modo de falda larga y que constantemente están doblando por la mitad para dejarla más  corta y volviéndola a desdoblar para dejarla larga. En muchos casos es de color blanco con una tira en un color que llevan a juego con la camisa. Otras veces es de colores más llamativos. Incluso los obreros se suben a los andamios con su dhoti remangado y luciendo unas garrillas de pura fibra. Porque aquí los que trabajan en la construcción no tienen un gramo de grasa. 
Vestimenta típica de la zona.

Kochi fue colonia portuguesa y holandesa y aquí se encuentra la iglesia de Santa Cruz, que es la más antigua del país. También hay un barrio judío con una sinagoga del siglo XVI y algunas cuantas mezquitas. 
También nos sorprende el inmenso puerto que se puede contemplar al cruzar de un lado al otro de la ciudad en ferry y su zona militar naval.

Alquilamos una moto para dos días y nos dedicamos a recorrer Kochi a nuestro antojo. Nos acercamos a Ernaculam y nos perdemos entre sus calles llenas de comercios en la calle y cantidad de centros comerciales, algunos de ellos dedicados exclusivamente a joyas, a telas, vestidos, ópticas. Lo que no se venda en Kochi no se vende en ningún otro lado. 
Navidad en el centro comercial Lulu.


Por si esto no fuese suficiente, otro de los atractivos de la ciudad, y del sur de India en general es su comida. Si hasta ahora habíamos disfrutado de la comida, aquí el sabor de sus platos es todavía más delicioso. Y aunque algunos de estos platos se pueden comer en el norte, como la dosa, en el sur son mucho más sabrosos, con el que para mí es el ingrediente estrella, el coco. Además podemos encontrar un sinfín de pastelerías!! Que más se pude pedir? Sólo una cosa, que no hiciese tanta calor y humedad. La cercanía al trópico se nota y en las horas centrales del día nos agota.

Dean, the best English speaker

El último día en Kochi cogemos el ferry para ir a cenar a Ernakulam. Cuando bajamos y vamos caminando se acerca un hombre a hablarnos. Al principio pensamos que nos quiere vender algo pero le escuchamos tranquilamente. Nos cuenta que sabe decir hola, adiós, gracias y te quiero en 26 idiomas y que nos lo enseñará en hindi a cambio de algunas frases bonitas en español, para cuando visite España en 2017. Nos pregunta si molesta y como nos ve tan receptivos nos propone irnos a sentar en un banco en un paseo. Se llama Dean (como James Dean, nos dice) y tiene 40 años.  Su  risa es muy graciosa y contagiosa y habla el mejor inglés que he oído hasta ahora. Con una pronunciación tan perfecta y delicada que me da vergüenza hablar en el mismo idioma. Nos cuenta que su mujer el doctora en filología inglesa y que a él le encantan los idiomas. Le dice a Alex que habla muy bien inglés. Él es de Chennai pero está trabajando en Kochi, nos habla de su trabajo que tiene que mantener en secreto allí y por ello solo conversa con extranjeros. Nosotros también le hablamos de nuestros secretos que tenemos en mente y así los tres somos cómplices : ) 
Nos invita a cenar en el segundo mejor restaurante de masala dosa de Kochi (el primero es de su amigo y como nunca le cobra prefiere no ir). Nos pide una masala dosa gigante para Alex y una pequeña para mí. No nos dan cubiertos y tenemos que comerlo con las manos, bajo su atenta mirada. Se queda sorprendido de lo elegantemente que come Alex (literalmente).
 Masala dosa especial.

Nos pide que cuando volvamos a Kochi a coger el avión, vayamos unos días antes y le llamemos. Si está disponible los pasará con nosotros. Nos acompaña a coger el último ferry y se despide de nosotros con dos abrazos. Esperamos volvernos a ver.



Triruvananthapuram

Nuestro siguiente destino es la capital del estado de Kerala, con ese nombre tan difícil que tiene su versión abreviada en Trivandrum. Llegamos en fin de semana y en pleno festival de cine. A veces se nos olvida que aparte de los turistas extranjeros, hay una grandísima cantidad de turistas indios que se mueven a lo largo y ancho del país, y por lo que nos cuenta Ajin más adelante, el turismo en Kerala es el principal ingreso, por lo que aquí vienen muuuchos turistas. Empezamos a buscar hoteles y todos están llenos. Alex empieza a cansarse y pregunta en un hotel si hay habitaciones para extranjeros. Extrañado el de recepción le ofrece una a un precio desorbitado. Nos acecha el recuerdo de la pesadilla en Lucknow y para evitar pasar por lo mismo hacemos caso a un conductor de tuc-tuc que dice que nos quiere ayudar. El hombre nos hace una ruta por varios hoteles y a pesar de su insistencia todo lleno. Al final decidimos ir a la playa de Kovalam, a 16 km de la capital para estar más tranquilos. El del tuc-tuc nos lleva a un sitio de un amigo suyo que está limpio y a buen precio. 

La ciudad la visitamos un sábado por la mañana cogiendo el bus desde Kovalam.
Preparándose para entrar en el templo.

Templo hinduista Padmanabhaswamy.




Asamblea legislativa de Kerala.

Aquí también veremos el lado consumista de la clase media, cuando entramos en uno de los centros comerciales con precios especiales por navidad y todo el mundo comprando telas y, suponemos, regalos de navidad.

Kovalam

Venir a este sitio ha sido todo un acierto. La playa con sus enormes olas es el mayor atractivo, y la tranquilidad de este lugar nos recuerda a nuestros días en Goa. El paseo está repleto de hoteles, tiendas y restaurantes donde exponen el pescado fresco que puedes elegir para que te cocinen al momento. También abundan las bakerys y los establecimientos donde preparan zumos naturales y batidos. Todo Kovalam está rodeado de inmensos palmerales y ves cocos allá donde mires. 

El fin de semana la playa  se inunda de turistas indios que vienen a pasar el día con la familia. Me gusta observarles como ellos hacen con nosotros. Se les ve disfrutar tanto!
Disfrutando de la playa.

Atardecer en la playa.

Buscando la mejor foto.

El sábado por la tarde decidimos subir andando al pueblo de Kovalam que está a unos 15 minutos. Decidimos parar en una Beer shop (tienda de cerveza) y comprar  una cerveza para el camino. Nos la abrimos allí mismo. Nos observa un chico con una camiseta de la bandera de Suiza que espera apoyado en una moto y nos pregunta de dónde somos. Se llama Ajin. Al rato viene su amigo Shajeet con las cervezas y nos invitan a acompañarles a un bar donde ponen música en directo. Perfecto! Nos subimos en la moto Shajeet, Alex y yo. Y Ajin acude andando. Charlamos con nuestros nuevos amigos, escuchando la música y viendo las olas romper en la playa. Al final, con el efecto de las cervezas Shajeet y yo nos marcamos un baile. Después nos llevan a cenar a un sitio donde cocinan un pescado muy rico y unas gambas que nos resultan exquisitas después de tantos días de dieta vegetariana. Ajin es vegetariano al 99% y sólo come unos vegetales. Esta vez es él el que me dice que como elegante con las manos, y es que en Kerala es donde más dificultades hemos tenido para encontrar cubiertos. Por lo que al final hemos optado por llevar en la mochila los que compramos en Nepal. Comer con las manos, sobre todo arroz, es muy difícil! Nos volvemos a casa y quedamos en vernos al día siguiente.

El domingo vamos con Ajin y su hermano a Poovar, a 15 km de Kovalam y en el límite del estado de Kerala. Allí nos encontramos con Shajeet que se pone muy contento de vernos. Todo el rato llama a "Alex, Alex" con una cara de felicidad, y les dice orgulloso a los conocidos que se encuentra “este es mi amigo Alex”.

Nos recomiendan hacer un recorrido en barco por los backwaters, que son los canales de agua que se forman junto a costa y que están rodeados de vegetación. A pesar de que éramos un poco reacios al final nos decidimos  a hacerlo ya que es el principal atractivo de esta zona.
Mientras esperamos a que llegue el barco, Shajeet nos lleva en su moto a tomar un zumo de coco que se encarga de cortar personalmente.


Alex, Shajeet y el coco.

Con Ajin.

El paseo en barco nos encanta. El paisaje en el que nos adentramos entre la densa vegetación es precioso y podemos observar la variedad de pájaros que lo habitan. A Alex le entusiasma el punto donde se junta el mar con los canales, con unas olas enormes. 
Entrada del mar.

Casas flotantes.

Paisajes durante el paseo en barco.




Al terminar el paseo nos juntamos de nuevo con Ajin y Shajeet y vamos a comer. Como Shajeet tiene solución para todo, decide que en lugar de hacer dos viajes hasta el restaurante, vamos los cuatro juntos. Así que apura a sentarse en la esquina del asiento. Después nos apretujamos Ajin, yo y Alex y los cuatro juntos nos vamos en su scooter ante el asombro de todo aquel que se nos cruza. Un niño en bicicleta nos dice que es super! en malayalam (que es la lengua del estado de Kerala) y nos sigue para vernos.
Después de comer nos despedimos de nuestros amigos y nos volvemos a la guesthouse a descansar. Pero no termina todo aquí. Como hemos hecho muchos excesos en nuestro presupuesto, Shajeet nos propone que vayamos en un taxi y que paremos en varias tiendas a mirar. A cambio al conductor le darán cupones para gasolina y todos contentos. Incluso nos hace la escenografía de lo que tenemos que hacer “i’m looking…how much? Too expensive…bye!”. Hasta ahora que no habíamos entrado en ninguna tienda ni a mirar, me meto en el papel y en cada tienda me dejo llevar por las atenciones de los dependientes. Aprovecho incluso a probarme alguna cosa y el conductor nos dice que no hace falta que estemos tanto tiempo. Pero tienen cosas tan chulas que hasta nos entretenemos mirando. Al final nos sale el trayecto gratis y rendimos nos vamos a descansar.

Nuestro último día en Kovalam lo dedicamos esta vez sí a disfrutar de la playa. El agua está limpia y cristalina, con unas olas muy grandes y el mar tiene tanta fuerza que hay tres guardas que avisan constantemente con su pito para que la gente que se mete muy adentro se salga. A mí las olas me arrastran hasta la orilla en varias ocasiones y cansada de luchar contra esa fuerza me salgo a leer a la orilla. Alex aprovecha a disfrutar más que un niño y se queda dentro mientras le vigilo con preocupación no vaya a ser que una ola del mar de Arabia se lo lleve para adentro.

Mañana dejaremos temporalmente el estado de Kerala para visitar Madurai, en el estado de Tamil Nadu.

2 comentarios:

  1. Muy bonito, os estoy leyendo a las 11,30 de la noche ya casi Nochebuena,tengo una sensación entre triste por las fechas y como una sensación de que nada va a ser igual, tengo la impresión que la India os entusiasma mucho y q entra en vuestros planes, no se estoy un pocod d bajon.por otra parte veo q estais felices felices y eso es lo importante, cuidaros.besosMarisa

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    1. Estamos muy bien aqui,disfrutando mucho.pero seguiremos la ruta hacia el este hasta volver a casa,no nos quedaremos atrapados aqui :) y no te preocupes q son solo unas fechas.al año q viene estaremos d nuevo celebrandolas todos juntos.un besico.

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